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Qué hacer en Alburquerque.
Alburquerque se localiza en la provincia de Badajoz, a sólo 45 km de la capital y tan cerca de Portugal que podrás atisbar las tierras portuguesas desde allí. Muy abundante en alcornoques y encinas y situado en las estribaciones de la Sierra de San Pedro, su casco histórico, dominado por un imponente castillo, está declarado Bien de Interés Cultural.
Qué ver y Qué hacer en Alburquerque.
El término municipal de Alburquerque es muy extenso y tiene mucho que ofrecer a sus visitantes. Aparte de un abundante patrimonio histórico-artístico, estamos ante un lugar de gran riqueza natural y una gran variedad de entornos y paisajes. Te permite disfrutar de la sierra, de las dehesas; de los ríos y arroyos, pero también de los castillos; paisajes y rutas naturales, un maravilloso festival medieval; de los conventos e iglesias, así como de las pinturas rupestres.
Vamos a ofrecerte un pequeño resumen de lo más destacado para que sepas qué hacer en Alburquerque.
Tras la pista de nuestros antepasados: Pinturas rupestres.
Las pinturas rupestres del abrigo del Risco de San Blas datan del Mesolítico y han sido objeto de estudio en numerosas ocasiones. A pesar de que en 1942 se las declaró “Monumento Nacional” por su destacada importancia histórica, hubo una época en que el descuido al que se vieron sometidas por parte de las instituciones amenazó su integridad. Por suerte, desde el año 2006, la administración local procedió a acondicionarlas y protegerlas. Actualmente es necesario ponerse en contacto con la oficina de turismo para visitarlas.
Existen otros seis abrigos donde pueden localizarse pinturas rupestres de tipo esquemático, aunque el del San Blas es el más importante. Además, en él pueden distinguirse dos fases, con motivos pictóricos distintos y correspondientes a dos épocas diferentes.
Para completar el legado prehistórico de Alburquerque, también se han hallado restos de armas y herramientas procedentes del Calcolítico y la Edad de Bronce. Por último, hay que mencionar las tumbas no megalíticas, excavadas en piedra, que se ubican en uno de los laterales de la Iglesia de Santa María del Mercado.
Los castillos medievales de Alburquerque, más cosas Qué hacer en Alburqueque.
Dominando la vista de Alburquerque, sobre un cerro de la Sierra de San Pedro, se alza el mayor y más impresionante icono de esta localidad: el Castillo de La Luna. Comenzó a construirse en el siglo XIII y las reformas que le confirieron sus dos impresionantes torres finalizaron en el s. XV. La llamada Torre del Homenaje, de cinco pisos de altura, y la torre pentagonal conocida como Torre de las Cinco Puntas, están comunicadas por un gran arco ojival que sustenta un puente levadizo de más de 10 metros de altura.
Actualmente, el Castillo de La Luna, declarado Monumento Nacional, puede conocerse a través de visitas guiadas.
El recinto amurallado, Bien de Interés Cultural, se halla en muy buen estado de conservación y aún presenta varias torres defensivas. La Villa Adentro o Barrio Gótico-Medieval, declarado a su vez Conjunto Histórico-Artístico, mantiene todo el encanto y el ambiente de una época remota: calles estrechas, fachadas antiguas, casas de pequeño tamaño… Te dará la sensación de estar paseando por otro tiempo.

Castillo de Azagala
El Castillo de Azagala, una mezcla de imponente fortaleza y lujosa residencia de nobles y campesinos, se alza a unos 12 km al este de la villa. Sin embargo, este impresionante castillo es propiedad privada y actualmente se encuentra abandonado, siendo cada vez más evidentes los síntomas de ruina y deterioro. Aún así, es imposible no apreciar su grandeza.
Y por si fuera poco con todo esto, Alburquerque también cuenta con otra generosa cantidad de edificios igualmente interesantes y espectaculares: iglesias, ermitas, conventos, puertas monumentales… Ciertamente su patrimonio histórico, artístico y cultural es increíble. No hay duda de que estamos ante un lugar único capaz de transportar e impresionar profundamente a sus visitantes.
El festival medieval Villa de Alburquerque.
A la vista de todo esto, no es de extrañar que Alburquerque se convierta, en la segunda quincena de agosto en el escenario de un auténtico salto en el tiempo en todos los sentidos. Durante el Festival Medieval, todo el pueblo se vuelca en la vívida recreación de su pasado: mercados, torneos, aquelarres, autos de fe, pasacalles, leprosos, mendigos, teatro de calle… Es realmente asombroso cómo el pueblo rompe la barrera del tiempo, al amparo de uno de los castillos medievales mejor conservados de España, para lograr imbuir a sus visitantes de un espíritu y una experiencia auténtica, divertidísima e inolvidable (pero sin el peligro de ser quemados en la hoguera).

Festival Medieval de Alburquerque
Todas las representaciones y sucesos que tienen lugar dentro de la fortaleza amurallada durante esos días, toman como hilo conductor la historia de amor entre Don Pedro Cruz y Doña Inés de Castro. ¡Algo único que tienes que ver!
Destacan también la Fiesta del Emigrante (el 15 de agosto) y el Festival de Música Alternativa “Contemporánea”, que se ha consolidado como un referente importantísimo entre los festivales españoles de música indie.
Con esto ya sabes no sólo qué hacer en Albuquerque, sino también qué oír, que vivir y qué disfrutar. Un lugar extraordinario, lleno de magía, tradición y eclecticismo a menos de dos horas desde nuestra casa rural en Trujillo.