En la provincia de Badajoz, al sudoeste de la Sierra del Sur, Jerez de los Caballeros es uno de los lugares más especiales de Extremadura. Su historia transcurre paralela a la de la Orden de Santiago, de la que fue un núcleo inseparable y, en parte, por la importancia que adquirió como Cabeza de Partido santiaguista (o lo que es lo mismo, ciudad principal del territorio), es el conjunto histórico-artístico más completo de todo el territorio bajo-extremeño.
Aunque fue esta su época de mayor desarrollo y esplendor, Jerez de los Caballeros guarda testimonios que la definen como un rico crisol de culturas. Asentamiento prehistórico, núcleo fenicio, llamado Fama Iulia en época romana, enclave visigodo, renombrado como Xerixa durante la invasión musulmana y, finalmente, revitalizado por los templarios tras la reconquista. Aunque no se detuvo ahí su historia, que solo acababa de comenzar.
Hay mucho que hacer en Jerez de los Caballeros. ¿Empezamos?
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Qué hacer en Jerez de los Caballeros: Recorrido por la Historia a través de sus monumentos.
El patrimonio de Jerez de los Caballeros es muy abundante, como corresponde a un lugar de su importancia y antigüedad. Por eso vamos a citar aquí los más impresionantes y excepcionales, para que sepas por dónde empezar, todos ellos caracterizados por tener espléndidas torres que embellecen y dan personalidad propia al horizonte de la ciudad.
Dolmen de Toriñuelo.
Entre los numerosos dólmenes hallados en la zona, el Dolmen de Toriñuelo ha sido declarado monumento nacional por sus dimensiones, su estructura y su excelente estado de conservación. Por encontrarse en una zona donde hay ganado se encuentra cerrado para evitar su deterioro, así que para ver su interior hay que acudir a la oficina de turismo o al ayuntamiento. El túmulo exterior bajo el que se encuentra es espectacular, con 48 metros de diámetro.
Fortaleza Templaria.
Uno de los que forman parte de la identidad más reconocible de la ciudad es su espectacular Fortaleza Templaria aunque, antes de ser templaria, fue muchas cosas más. En su emplazamiento se habría situado originariamente un castro defensivo celtibérico, función que mantuvo según fue pasando por manos romanas, visigodas y sarracenas.
Sería en este último periodo cuando adquirió un aspecto más cercano al actual, aunque fue posteriormente reconstruida por los templarios. Al disolverse esta orden cambió nuevamente de manos, a las de la Orden de Santiago, momento en que vuelve a ser reparada por su importancia estratégica clave frente a las fronteras portuguesa y musulmana.
Se articula en torno a un gran patio central y posee cinco magníficos torreones: el de Las Armas, el de La Casilla, el del Carbón, el de La Veleta y el más impresionante de todos, La Torre del Homenaje o Torre Sangrienta. Según la tradición, así llamada por ser el lugar donde se ejecutaron los últimos caballeros templarios, quienes se resistían a la disolución de la orden y a la entrega de sus antiguas propiedades a la corona.
Iglesia de Santa María de la Encarnación.
Una edificación espectacular e inconfundible que se alza sobre la ciudad, formando parte indivisible de su perfil y de su identidad. Es el templo más antiguo de la ciudad y parece tener un origen visigodo, atestiguado por una inscripción grabada en una columna invertida (símbolo de la consagración a la virgen María) que la sitúa en el año 556.
Los visigodos permitían el culto cristiano, pero cabe suponer que la iglesia habría sido de pequeñas proporciones en un principio. Sucesivas ampliaciones y remodelaciones, la última y más grande efectuada en el siglo XVI, configuraron la majestuosa y sólida iglesia que hoy podemos contemplar boquiabiertos en Jerez de los caballeros.
Iglesia de San Bartolomé.
Elegante, única, suntuosa… hermosa, en una sola palabra. Su decoración y colorido exterior la convierten en algo realmente excepcional. Esta rematada por una bellísima y esbelta torre, exponente del barroco andaluz. Tuvo que ser reconstruida ya que la original se derrumbó en el gran Terremoto de Lisboa de 1955.
Aunque la iglesia que hoy conocemos data del siglo XVI, la leyenda cuenta que se construyó en tiempos de la reconquista. También hay indicios que hacen pensar que comenzó a construirse sobre una ermita que en siglo XIII dominaba la parte más alta de la ciudad. Destaca el gran valor del retablo barroco del altar mayor, colocado en el año 1691.
Está declarada Bien de Interés Cultural desde 2013.
Iglesia de San Miguel Arcángel.
Se calcula que su construcción se inició en el siglo XIV, aunque la torre se levantó posteriormente. El templo que hoy podemos admirar se terminó completamente en 1760, año en el que se coloca el remate final de su espectacular torre barroca. Ésta sobresale de la resplandeciente fachada, perfectamente blanca y encalada, alzándose majestuosa hasta alcanzar una altura de 64 metros.
Está hecha de ladrillo, sobre un basamento de piedra granítica, con aplicaciones ornamentales en barro cocido, y es otro de los elementos que confieren su marcada personalidad a Jerez de los Caballeros. Su interior también te reserva llamativas sorpresas, como su altar mayor o el coro.
Iglesia de Santa Catalina.
Con otra espectacular torre, contribuye a la espléndida gloria que Jerez de los caballeros alcanza con la Orden de Santiago. Fue construida sobre un templo anterior, de origen medieval. Su estructura también resultó dañada por el terrible terremoto de Lisboa, por lo que hubo que repararla antes de incorporar la esbelta y magnífica torre en 1762.
Sobrepasa los 60 metros de altura y fue financiada por los donativos de los vecinos. Aunque en esencia es de estilo barroco, tiene muchos componentes de influencia neoclásica.
Aunque estos son los edificios más emblemáticos y grandiosos, algo que comprenderás en cuanto los divises en la lejanía, hay mucho más que hacer en Jerez de los Caballeros. Su recinto amurallado, numerosas ermitas y conventos, hermosas calles y otros atractivos te esperan en el interior de la ciudad.
Tampoco conviene olvidar que la comarca de Jerez de los Caballeros es la mayor productora de cerdo ibérico, lo cual se traduce en una excelente gastronomía basada en el jamón ibérico de bellota. Y eso sí que no te lo puedes perder.