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Qué hacer en Robledillo de Gata.
En lo más profundo de los valles de la Sierra de Gata, pero a sólo dos horas de viaje desde nuestra casa rural en Trujillo (Cáceres), Robledillo de Gata permanece a salvo del ruido, de la especulación urbanística, de la masificación y del delirante ritmo de vida que paulatinamente vampiriza nuestra limitada energía. Aún quedan paraísos donde la paz sólo se rompe con el cántico alegre del agua, que campa a sus anchas por el pueblo.
Haciendo frontera con la comarca de Las Hurdes, Robledillo de Gata ha logrado permanecer lo suficientemente inaccesible como para seguir siendo uno de los pueblos más bellos de Extremadura. Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico, su arquitectura imposible lo suspende de la ladera de una colina, convirtiéndolo en un mirador privilegiado desde donde llenarse los ojos de vida y naturaleza.
Tenemos muy claro qué hacer en Robledillo de Gata…
QUÉ HACER EN ROBLEDILLO DE GATA: LA ESENCIA DEL TURISMO RURAL.
A Robledillo de Gata se va a detener el tiempo, ni más ni menos. Se va a dejar de mirar el reloj, a independizarse de la ansiedad y a disfrutar el silencio. Con unos 150 habitantes, aproximadamente, no es un lugar para esconderse, como algunos podrían pensar, sino para liberarse.
Casas de piedra, madera, adobe y un entramado de varas de castaño y barro, se resisten orgullosas a ceder su suelo centenario al frío y gris cemento. Protegido por la Sierra de Gata y guardián de sus secretos, Robledillo ofrece la más pura y sencilla esencia del turismo rural: paz, naturaleza, calma, sosiego… Un lugar para perderte y, por supuesto, también para encontrarte.
Disfruta de los paseos por sus calles de piedra, estrechas y empinadas. Déjate limpiar por los arroyos y las piscinas naturales, comparte vistas increíbles con las rapaces que dominan el cielo, llévate contigo el efecto balsámico de la montaña y los mares de olivos.
No pierdas la oportunidad de hacer senderismo por las muchas rutas y caminos de la zona, que te descubrirán un paisaje digno de pararse para contemplar y respirar hondo.
Museo del Aceite.
En Robledillo de Gata no hay nada que nos saque del ensimismamiento de la naturaleza y la vida tranquila de un recóndito pueblo de montaña. Por eso no esperes encontrar un museo grande y artificioso, sino uno sencillo y radicalmente auténtico. Fue el médico del pueblo, Julio Rodríguez, quien restauró este antiguo molino con toda la maquinaria que lo hacía funcionar, convirtiéndolo en museo.
Iglesia de la Asunción.
Construida en el siglo XVI, realmente puede decirse que la Iglesia de la Asunción está hecha a medida del pueblo. Sencilla y hermosa, destaca su atípica planta hexagonal, el artesonado mudéjar de la sacristía y el gran pórtico en rueda, adornado con doce esbeltas columnas grabadas con inscripciones bíblicas.
Productos artesanales de Robledillo de Gata.
Al estar rodeado de viñedos y olivares, no te decepcionará saber que dos de los productos típicos que puedes adquirir en Robledillo son el vino y el aceite de oliva.
Es probable que paseando por sus calles, te llegue desde las bodegas de las casas el olor delicado del vino, elaborado por los vecinos. El vino de pitarra es totalmente natural y prescinde de cualquier tipo de químico, lo cual lo define como un vino de fuerte aroma y sabor pero alta graduación alcohólica. ¡Cuidado con él!
También puedes encontrar miel, embutidos elaborados en el pueblo y, dependiendo de la época del año, setas, castañas y nueces, además de deliciosos dulces típicos.
Ya lo ves, es muy fácil. Sólo hay una cosa que hacer en Robledillo de Gata y es buscarlo en lo más hondo del valle para disfrutar intensamente de eso que ya muy pocos lugares pueden ofrecer.